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NADA PERSONAL


Emmanuel Wagner Martínez

Cali, Valle del Cauca

Licenciado en Arte Dramático de la Universidad del Valle


“Yo por esta camiseta doy la vida”. No se imagina las veces que he escuchado eso. Al final resulta que nadie quiere dar la vida por esa camiseta. Antes que nada, quiero que sepa que no es nada personal, a pesar de lo que pueda parecer: es una declaración de principios. Así como usted expone los suyos de esa manera tan… pasional, yo expongo los míos de esta otra forma. Hay una conexión entre nosotros, no había manera de evitar este encuentro. Me pongo sentimental, discúlpeme.


Esto es un procedimiento de rutina, nada especial, aunque supongo que tendré que explicarle todo el proceso; es mejor así. Todo tiene que ver con el fútbol. Me imagino que no lo vio venir, o tal vez sí. Bueno, el fútbol es una extensión de la política, al menos en sus efectos. A nivel deportivo, en lo meramente deportivo, debo confesar que es un buen deporte, yo mismo lo practico a veces. Por qué, se preguntará. No nos mintamos, es evidente que no entiende de política, aunque para ser justos usted pertenece a la masa, al inmenso porcentaje que prefiere dar la vida por esa camiseta, por ese movimiento, por esa idea sin fundamento. Prefiere dar la vida por eso y tomar la de otros, si le dan el chance. Prefiere eso que llegar a un acuerdo. Llegados a esto usted entenderá que es una cuestión política y no una cosa futbolística, aunque piense que me estoy contradiciendo. Nada tiene que ver el fútbol, al menos en esa medida.


Me informo de los torneos y las fechas, e ingreso al estadio los días que hay juego. Pero, claro, generalizar sería ridículo de mi parte, y no podríamos decir que todo el que asiste a un partido de fútbol es apto, o mejor dicho, lo suficientemente estúpido como para hacer parte de este procedimiento. Ahora, enorgullecerse u ofenderse depende de usted, de qué tan vacío sea; sin ánimo de ofender, pero el hecho de tenerlo aquí ya es bastante diciente. Prosigo. Para dar con el más apto hay que observar, fijarse en su apariencia, en sus palabras, sus expresiones, sus amigos, en fin; en si es o no un líder dentro de su pequeño círculo, como usted: usted decide dónde reunirse, qué cantos cantar, a quién atacar. Es el primero en demostrar su rabia y su frustración ante una derrota, es el más capaz de desahogarse con quien nada tiene que ver. Los suyos no mueven un dedo sin que usted lo haga primero.


Yo sé bastante sobre usted pero usted no sabe nada de mí. Solo para estar en igualdad de condiciones le voy a contar un par de cosas. No piense que soy un sádico cualquiera, en cualquier otra circunstancia habría evadido cualquier expresión de sevicia. Soy profesor en la universidad, sociólogo con más de quince años de carrera y una maestría en exclusión social. En este momento nos encontramos en una casa de campo, bastante retirada, pero previendo imprevistos prefiero no revelar su ubicación. Por eso mismo no puedo quitarle esa cinta de la boca; lo lamento. Con eso quedamos a mano, eso es todo lo que necesita saber de mí. Regresando al procedimiento, una vez identificado el objetivo hay que apartarlo del grupo, y para eso me valgo de diferentes estratagemas: contrato prostitutas que fingen interés en el individuo, abordaje en los baños, e incluso yo mismo, a veces, me pongo en los zapatos de un vendedor de drogas, lo cual nunca falla con ustedes.



Usted debe pensar que estoy loco, que pongo demasiado esfuerzo en una actividad tan improductiva como ésta, porque, sépalo, se lo estoy confesando, no veo que nada cambie. La violencia no disminuye, los fanáticos siguen igual de estúpidos, y este país se acerca cada día más al infierno. Sí, es una cosa completamente improductiva, y no crea que entonces disfruto de esto, al menos no de la manera en que usted cree. Yo soy un idealista, y esa es la única razón por la cual continúo. Es eso precisamente lo que me causa placer, el simple hecho de poder prestar ayuda a los que más la necesitan: los ciegos y los estúpidos. Supongo que soy un romántico empedernido. Disculpará mis digresiones pero tengo que confesar que esto a veces me pone nervioso, ansioso, otras veces me aburre o me desilusiona, pero el tenerlo a usted aquí me hace feliz.


La mayoría de las veces ubico a los cabecillas en el estadio, aunque usted es un caso aparte. No se imagina hace cuánto le vengo siguiendo la pista. Eso debe significarle un halago. Ahora se preguntará por qué tanto interés en usted, pero en realidad no es nada del otro mundo. El mejor estudiante que he tenido solía ser seguidor de ese mismo equipo que usted tanto alaba, así que admito que presento una mayor aversión, solo un poco, contra esa camiseta por la que usted está apunto de dar la vida. Con respecto al chico, ya no tuvo más oportunidades de seguir desperdiciando su tiempo; así como usted. Esta es una fotografía de toda la clase que nos tomamos al final de un curso ¿Lo reconoce? Claro, le sirvió de escudo mientras usted escapaba de una muerte segura. Sólo por curiosidad, ¿cuántas veces ha escapado de sus riñas usando escudos humanos? La verdad, no quiero saber. Y a pesar de todo debo recordarle que el asunto entre usted y yo no es personal. A fin de cuentas él y todos los que terminaron como él se lo buscaron. Ahora se pasa los días en una silla mirando al vacío. Entonces, otra vez ¿por qué el interés en usted, ladrón, asesino, violador, cobarde y estúpido? Usted es un cáncer de los grandes, y puesto que el país es una olla de ineptitud, depende de personas como yo extirparlo de él. Y fue tan sencillo como ofrecerle una cerveza con escopolamina, montarlo a una camioneta y amarrarlo. Y yo que pensé que tendría que amenazarlo con un arma, golpearlo con una barra de hierro…


El servicio meteorológico dice que el amanecer será a las 5:45, así que por lo menos podrá disfrutar de un espectáculo verdadero: el sol naciendo tras esas colinas. Es la única manera de demostrarle que pienso en todos, incluso en usted. Deje de llorar de una vez. Usted es el que afirma dar la vida por esa camiseta. No sé qué piense, pero yo no afirmo nada en lo que no crea plenamente y tengo la esperanza de que usted sea igual.

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