Se puso un nombre nuevo
de santa popular del medioevo español
Dejó de vestirse de negro
Se pintó los labios
a la tarde y a la noche
Se le vio de repente tarareando canciones de radiola
trabalenguas de guarachas
en un taller oblicuo, de paso al boquerón
Sus uñas violetas también brillaron al sol
Se tomó unos tragos de más sin desvariar culpas
fueron alambiques rebosados de la vía al mar
Ave rara avis le dirían
mas no le importó
Buscó refugio entre los tejados verdes y blancos
Preparó pócimas con hierbas amargas del mercado
Escribió en una libreta aforismos
salidos de viejos recetarios de su abuela
Su cuerpo se ensanchó con sus salidas nocturnas
Se sintió más mortal, más perecedera
Menos predecible
Menos fatal
Alberto Bejarano
Cali, Valle del Cauca
Profesor universitario de Artes, poeta esquinero
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