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Foto del escritorRevista Lexikalia

MEMORIAS DE ALEJANDRINA – AUTORA INVITADA: ELVIRA ALEJANDRA QUINTERO


Fragmentos

La abuela habita los poemas de amor y los tangos que escucho He tenido que inventar su rostro y sus palabras

para entender la genealogía de mi desesperación

Así

cuando mi alma sueña capítulos de otras vidas

y recuerda historias fragmentadas

dictadas por voces que nunca escuché

pienso en ella

Miro su amor crispando su semblante

y su emoción mientras canta sus canciones

Creo entonces en lo que se transmite

de generación en generación

sin ninguna explicación racional



El sur

Finalmente comprendiste que era el fin

y habías llegado

porque era el sur del mundo

y un inmenso cielo gris sobre el nevado

parecía aguardar la cita

Atravesaste la cordillera

llenándote de todo el verde

y toda la niebla

que desciende por los desfiladeros

allí donde fracasa la angustia

y no somos más que ojos abiertos

atónitos

descubriendo el país de Almaguer

Llegaste

con el alma enferma para siempre

con el espectáculo

No lo pudiste olvidar:

me hablabas

hablabas

hablabas

de aquella fantasía a caballo

la del conquistador

y después la del héroe

que cruzaba los páramos desiertos

donde a veces

cantaba un pájaro de colores

o a veces un hombre con ruana

gritaba el nombre de una mujer

La noche en el jardín

no aligeró tu fiebre

poblada de nombres por mí desconocidos

de viajes laberínticos y cerrados

de promesas que acababan de tomar

definitivamente y para siempre

un rumbo errado

Lo bello

Lo bello

fue dejar que brotaran de nuestras bocas frases

millares de palabras

estrellas cuarteadas

anhelando prolongar la noche

Afuera de nosotros

el viento jugaba en los rincones

en la yerba mojada

en la oscura extensión del infinito prohibido

Lo bello

fue entregarle mis verdades y recibir su cuerpo

escuchar el palpitar de su pasado en sus extraños sueños

Lo bello

fue mirar que renacíamos

Ciudad con volcán

Mientras camino a solas

por la ciudad antigua

te sueño entre mis pasos

e imagino este mundo recorrido contigo

Mi provincia de Hatunllacta

Mi Leona de los Andes

Mi provincia de Quillacinga

Mi encierro de la media luna

En este mundo difícil

hilo las preguntas de cada amanecer

y no entiendo el río Azul bordeado de precipicios

y altas cumbres

tejidas en cuadraditos verdes

donde cada noche y cada día

los caminantes del frío nos unimos para corear la rabia

y de nuevo la esperanza

y seguimos

caminantes atónitos

mirando el nevado

Cuándo estallará otra vez

me dije

Cuándo dirá no más

a la ansiedad que guarda en sus cavernas

Cuando despertará el volcán

haciendo volar la nieve de sus cumbres

Quédate en mí

te dije entonces

Quédate aquí

donde las mariposas grises de la niebla

vuelan para alegrar el aire en los caminos

Quédate a conocer los tesoros que guardo en la cajita

y los pueblos helados de los viajes que haremos

Túquerres

Ipiales y frío abajo

el misterioso río

que anuda el milenario recorrido de mi tierra

a los ríos del pasado

Desde el Mayo al Guáitara

desde Patía a Sibundoy por el Valle de Atures

El mundo

que contigo

no será más para mí este mundo injusto

y falso

y absurdo

que sigo sin comprender

Ni el reproche

de todos mis días



Inti Raymi


Inti Raymi

Ardiente Sol de lata:

hoy te vimos entrar a nuestra casa

y buscar calor en nuestra piel

para dar a tus planetas

Tanta alegría había entre nosotros

que podíamos calentar con ella el mundo

Lluvia

Agua clara y bienaventurada del verano

refresca nuestros poros

Padre Sol

que cobijas de los Andes sus cumbres y hondonadas

ilumina nuestras súplicas

y conserva este amor

entre los motivos de tu luz

Baila en nuestro corazón

sol de los espíritus buenos

y de las almas felices

Alegría

alegría

Inti

padre Sol

padre luz:

destella feliz sobre la Pacha Mama

y pon mis ruegos

sobre las aguas invisibles del río

que silencioso cruza el valle de Atures

la luz

el amor

Del olvido

I


No volver

es también no haber partido nunca

y haber guardado ese recuerdo

en el fondo del corazón

Ese momento único

es un lugar al que volvemos

¿Cómo?

Él dormita entre oscuras pesadillas

que acechan en la sombra

adelantándose a la luz

llegando antes

mucho antes

ganándole a la prisa del día

¿Por qué dejamos que alguien nos olvide?

¿Por qué dejamos que alguien parta?

¿Cómo se lleva ese adiós que no se dijo

esa palabra que no nombró la voz

el beso cosechado

que se pudrió sin darse?

¿Cómo olvidamos?

¿Cómo inventamos artificiosos ritos

para sobrevivir a un largo amor?


II

Brilla un misterio

en los ojos de mi madre

al navegar el aire coloreado de la mañana

interrogando algo que existe más allá

anterior a nosotras

En el patio de palomas al viento

mamá relata la leyenda de su infancia

y sus manos de vuelo

dibujan para mí entre sus fantasmas

los abuelos que no conocí

Madre agua de los ríos donde se lava el tiempo

Madre lluvia

Madre fuego de olvido

Madre furia

Madre grito escondido en su ternura dispersa

Madre sombra

Madre soledad de amor detenido en los espejos

Su magia hace brotar de los baúles

los trajes que la abuela Alejandrina

vistió para el abuelo

en tardes felices

cuando su amor era un secreto y una daga

baúl cajita de Pándora

magia al revés

herida oculta en el alma lacerada

historia desviada

La voz de mi madre

nombra y canta las palabras de la abuela:

adiós

tarde gris

verano dulce

y su sonrisa cura espejos rotos

y hospitales desahuciados

pule versos

canciones

poemas antiguos

y remienda lentejuelas

de fiestas gozadas hace siglos

Las palabras de mi madre

señalan la falta y el remedio que no llega

el tren que no halló la estación

el vidrio roto

Un hombre de sombrero

Paraguas

bastón y gestos elegantes ronda su leyenda

una mujer dormida

una niña que llora junto a la valija de la abuela

Y yo busco la infancia de mi madre

y la visto con mi delantal blanco

le ofrezco mis cuadernos

y ayudo a sus manos de niña en sus tareas

y quisiera ser yo su madre

para borrar su pena y protegerla

Mi madre

Entonces busco en ella

el rostro desconocido de mi abuela

y presiento en ambas

el amor que atormentará mis historias

cuando crezca

 



Elvira Alejandra Quintero nació en Cali, Valle del Cauca. Poeta, Doctora en Letras por la Universidad Nacional del Sur de Bahía Blanca, Argentina y actual jefe titular del Departamento de Español y Literatura de la Universidad del Cauca. Ha escrito y publicado cinco libros de poesía: Hemos crecido sin derecho (1982), La noche en borrador (2000), La ventana -Cuaderno de Ana Ríos (2003), La mirada de sal (2005), Los nombres de los días (2008), Memorias de Alejandrina (2011) y 5000 kilómetros al Sur (2013). Y dos de ensayo literario: El viaje: motivo y narración en ¡Que viva la música! (2013) y El pozo de la escritura - Enunciación y Narración en Juan Carlos Onetti (2009).


Elvira Alejandra Quintero con su obra poética obtuvo los siguientes reconocimientos: Premio de poesía Antonio Llanos, Premio Nacional de Poesía Ciudad de Chiquinquirá, Premio de Poesía Jorge Isaacs. Fue Finalista en el Premio Nacional de Poesía del Ministerio de Cultura de Colombia y Finalista en el Primer Certamen Internacional de Poesía Juan Crisóstomo Lafinur del Museo de la Poesía Juan Crisóstomo Lafinur. En julio de 2018 es galardonada con uno de los Premios “Dámaso Alonso” que otorga la Academia Hispanoamericana de Buenas Letras de Madrid.


En esta edición de Lexikalia encontrarán una selección de poemas realizada por la autora de su libro Memorias de Alejandrina (2011) donde la profesora de la Universidad del Cauca nos habla sobre la belleza bajo el imaginario cultural del Sur.



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